
Cristiano
Ronaldo ya forma parte del Real Madrid. Tras convertirse en el jugador más caro de la historia, las noticias las ha colapsado, hoy todavía más, el fútbol. Habrá que ver cuántos goles mete. Porque darle patadas a un balón está
excesivamente bien pagado. ¡Y luego dicen que el deporte es sano! Lo que es evidente, es que para algunos es sinónimo de euros, euros... como decía la cabecera del programa de Jesús
Vázquez. No conozco a Cristiano
Ronaldo, ni falta que me hace. Pero dejándome llevar por las imágenes, veo a un joven con pintas de
macarra de barrio, de chulo de playa, de ligón de garito con música
chunda, chunda. Un tipo por el que las
adolescentes pierden las bragas. Pronto se pondrá de moda su
estilismo, y su vida será carne de cañón para la prensa rosa. Los periodistas lo ensalzarán hasta que lo hundan. Tendremos matraca como ocurrió con
Beckham. Y es que como dice
Risto Mejide, son un producto. Pero, en esta vida, todo tiene fecha de caducidad. Y de ahí a convertirse en juguete roto, no hay mucha distancia. Pero mientras tanto, a los jóvenes nos lo venderán como un modelo a seguir, y otras
gilipolleces varias. Tiempo al tiempo. Lo que está claro, ahora mismo, es que tenemos empacho
CR9 para rato. ¡Perfecto en plenos meses de sequía informativa! Por decir algo, claro.
Amigos, Cristiano ha sido víctima de una brujería. En Argentina, el Concejal Esotérico de Salta, Guillermo Capellán fue tentado por una mujer de Barcelona a "maldecir" a Ronaldo y le ofreció € 10.000 (diez mil euros). Capellán dijo "estoy de parte de Ronaldo y si ese tal Pepe existe o algo le ocurriera al jugador, no tendría problemas de perderle las velas en el centro del culo..." Sr. Guillermo Capellán, Mil gracias, soy fanática de Ronaldo. Si leéis este comentario, os pido que hagáis copias y publiquéis en vuestro blog. Parte de esa brujería se ha cumplido pues nuestro queridísimo Ronaldo está con problemas.Si queréis contratemos entre todos al Concejal Esotérico. Difundamos este mensaje pues yo no creo en brujos pero de que los hay, ¡los hay!
ResponderEliminar