XL Semanal habla hoy de Kaká, futbolista que acaba de fichar por el Real Madrid. ¡Vaya joya! Aquí van algunos titulares: "La Biblia dice que la vida da más de lo que pedimos y a mí me ha ocurrido" o "Elegimos juntos llegar castos al matrimonio. Para nosotros, la noche de bodas fue bellísima". Según Fernando Goitia, "si algo define al tercer fichaje más caro de la historia del fútbol es su extrema religiosidad. Miembro de un turbio culto evangélico brasileño, la Iglesia Renacer en Cristo, que exige de sus fieles el diez por ciento de sus ingresos, Kaká venció toda su vida a la tentación con el objetivo de llegar virgen y puro al matrimonio. El jugador asegura que tanto él como su mujer, Caroline Celico, acordaron no mantener relaciones sexuales sin la bendición divina". Me recuerda a Quino, personaje interpretado por Óscar Sinela, en la serie Física o química. Un adolescente cuya religión le impide practicar sexo con Yoli, su novia en la ficción. Vaya pareja. Según los guionistas, él es un estrecho y ella una "zorra poligonera". ¡En fin!
Se llama Samiramis y lee las cartas en un bar de la calle de Ávila, cerca de las calles de prostitución del zaragozano barrio de Salamanca. El local, cutre, intenta reflejar un aire sirio que no va más allá de los dulces colocados en una vitrina, y de una pegatina con el nombre del país, cuyas letras están pintadas con los colores de la bandera. Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza. Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro q
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