Se llama Samiramis y lee las cartas en un bar de la calle de Ávila, cerca de las calles de prostitución del zaragozano barrio de Salamanca. El local, cutre, intenta reflejar un aire sirio que no va más allá de los dulces colocados en una vitrina, y de una pegatina con el nombre del país, cuyas letras están pintadas con los colores de la bandera.
Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza.
Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro que anuncia que venden amuletos de la suerte. Desde la pared, nos mira colgado un payaso diabólico. En la mesa, un rollo de papel de cocina sobre un libro de ginecología, una bola de cristal, un tapete con dos montones de cartas y varias estampas de santos y vírgenes pegadas sobre el lateral de la barra.
Samiramis se sienta y empieza a “ver”. Cuando llega mi turno, dice que mi casa tiene forma de “l”, que estoy cansado psíquicamente, y que pienso en los demás, pero no los demás en mí. Me invita a cortar un montoncito de cartas y me pregunta qué quiero saber. Prefiero no preguntar por salud, y me centro en trabajo y amor. Mi vida, según Samiramis, es de color de rosa. Voy a trabajar ya, me voy a enamorar ya, y necesito un cambio en mi vida. Quiero matar dos pájaros de un tiro, asegura, y todo me va a salir bien. De salud, predice dolores de espalda, y molestias al follar. Así de explícita. Sabe poco español, pero controla los tacos y las palabras malsonantes a la perfección. Empiezo a creer en los poderes de la vidente más famosa de Zaragoza, hasta que suelta la siguiente perla: “te vas a enamorar de una mujer más baja que tú, con pelo castaño, de media melena y con pechos grandes”. En ese momento, compruebo que he tirado 10 euros (tiene tarifa, no cobra la voluntad) a la basura y sigo más escéptico de lo que ya era sobre aquellas personas que dicen leer el futuro.
Y podría contar más. Como experiencia, una más en esta vida, pero esta tía no ve tres en un burro...
Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza.
Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro que anuncia que venden amuletos de la suerte. Desde la pared, nos mira colgado un payaso diabólico. En la mesa, un rollo de papel de cocina sobre un libro de ginecología, una bola de cristal, un tapete con dos montones de cartas y varias estampas de santos y vírgenes pegadas sobre el lateral de la barra.
Samiramis se sienta y empieza a “ver”. Cuando llega mi turno, dice que mi casa tiene forma de “l”, que estoy cansado psíquicamente, y que pienso en los demás, pero no los demás en mí. Me invita a cortar un montoncito de cartas y me pregunta qué quiero saber. Prefiero no preguntar por salud, y me centro en trabajo y amor. Mi vida, según Samiramis, es de color de rosa. Voy a trabajar ya, me voy a enamorar ya, y necesito un cambio en mi vida. Quiero matar dos pájaros de un tiro, asegura, y todo me va a salir bien. De salud, predice dolores de espalda, y molestias al follar. Así de explícita. Sabe poco español, pero controla los tacos y las palabras malsonantes a la perfección. Empiezo a creer en los poderes de la vidente más famosa de Zaragoza, hasta que suelta la siguiente perla: “te vas a enamorar de una mujer más baja que tú, con pelo castaño, de media melena y con pechos grandes”. En ese momento, compruebo que he tirado 10 euros (tiene tarifa, no cobra la voluntad) a la basura y sigo más escéptico de lo que ya era sobre aquellas personas que dicen leer el futuro.
Y podría contar más. Como experiencia, una más en esta vida, pero esta tía no ve tres en un burro...
A mi me leyeron las cartas antes de venirme a UK...una amiga de una amiga...y no me las va a leer más veces en su vida...porque acertó en todo lo que dijo, a pesar de que me la tomé a cachondeo, cada vez que se cumple algo de lo que ella dijo, yo tiemblo.
ResponderEliminarY ella no me cobró, de echo no tira las cartas más q a los amigos y en plan juego para pasar el rato...
Carlichu!1 Esta mañana he ido al bar Samiramis, y me ha tocado el hermano, Miguel, no? No me ha dicho nada, a parte de insultarme, de buen rollo, pero ofendiendo, como tú dices, hablar español no pero los tacos, bien. No ha visto nada, después de esperar y soplarte 10 euros, + la consumición, haber colado delante a una pareja de pijos que le ofrecerían más dinero que el resto, me alegro de que la idea no se me ocurriese, una tomadura de pelo absoluta, por decirlo finamente. Pero no los denuncia nadie? Pero cómo se puede tener tanta suerte de que nadie le pegue 3 contestaciones bien dadas.
ResponderEliminarNi en esas calles hay prostitucion, ni hay ningun barrio que se llama salamanca en Zaragoza
ResponderEliminarEl bar se llama Samiramis la mujer es Lina, el barrio no se llama "Salamanca" y no es un barrio de prostitución en Zaragoza. Lo de que engañan... a mi no me acertó ni una 😂😂 lo mismo 10 pavos a la basura. Eso sí menuda cola y todo en B, deben estar forrados.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstafadores!!!
ResponderEliminarNo os creáis nada, además a penas se me entiende y es borde como ella sola. Que manera de tirar 10€
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