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Conexiones hormigueras

Ya lo decían en aquel programa de Telecirco; el pasado siempre vuelve. "Faig barri" y desayuno en Sant Antoni. Voy con mi madre. Salimos del local y nos encontramos con Montse. Y como la vida en directo es muy intensa nos hacemos "cinq cèntims". ¡Y eso que nos vimos el miércoles! Y ahí, mientras rajamos, pasa por al lado. Periódico en mano, polo azul a rayas estrechas blancas, bermudas y menorquinas. Sí, no podía calzar de otra forma. Una historia de tres quedadas, que acabó antes de comenzar; una conexión virtual, terraceo junto al Macba, un AVE con cena y una comunidad de vecinos. 3 años y medio después. Según me dice Irene, las casualidades no existen. A veces, parece que no haya transcurrido el tiempo. A veces, como ya escribí tiempo atrás en el blog, entramos y salimos de la vida de otros como quien atraviesa una boca de metro y, casi siempre, la distancia física nos separa mucho menos de lo que imaginamos. Ignorarse nos aleja más...

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Sueño, suspiro, abrir y cerrar de ojos. 21 días intensos. Sensación de no haber ocurrido. Sin tiempo para digerir. Aterrizaje forzoso en la vorágine. Despedidas. Darse cuenta de la importancia del "aquí y ahora". Volver a "todo sigue igual" sin que tú seas el mismo. Querer marchar. Intentar mantener el espíritu "thai" un tiempo. Cuando cuesta volver...

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Aquella marioneta de madera que acabó convirtiéndose en niño es Pinocho. Un personaje de la literatura infantil al que por mentir le crecía la nariz. ¿Y qué se les debería agrandar a aquellos adultos que no dicen la verdad? Por lo general, son personas con baja autoestima que se crean una mejor imagen de sí mismos para obtener la aceptación del resto. Y es más frecuente en hombres. Obviamente, se trata de mentirosos compulsivos. Artistas en mezclar mentira y verdad, de jugar al despiste, de saltar con habilidad de un tema a otro, de hacer pensar que es cierto aquello que argumentan y de enganchar...porque lo misterioso, o lo tóxico, atrapa. Así que, según me han contado, puedes conocer a alguien que dice llamarse Ángel pero a ti te consta que Miguel, que dice trabajar en un cuerpo policial pero resulta que es peluquero autónomo, que dice tener una carrera universitaria pero comete más faltas ortográficas que el más tonto de la clase (y no es excusa el lenguaje sms ), que dice habe