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Oh lá lá...

Volví de París... Y en el vuelo de vuelta, expliqué que el cepillo de dientes negro espera su retorno. Según Te lo diré bajito... de Lae Sánchez, "el lado bueno de las cosas es la oportunidad de volver a empezar". Porque la vida, dice, "es como un partido de fútbol". Y no creo que el banquillo sea mi lugar. Quiero mi balón, mis goles y mis penaltis. Quiero caer. Quiero levantarme. No quiero sentirme culpable. ¿Y qué hacer con la vulnerabilidad? Volveré a desnudarme, sin saber si lo mereces. Tal vez, haga las paces con la ambivalencia en un viaje de AVE. O utilice el comodín de las "soluciones intermedias". Me propones una birra. Yo prefería dormir abrazados. No es necesidad. No era un "tengo que". Sí que necesito volar, "abrir los ojos y mirar". Vencer miedos. Buscar alternativas. Ser mi propio Coach. Ser de quien me cuida... 

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Cuando cuesta volver...

Sueño, suspiro, abrir y cerrar de ojos. 21 días intensos. Sensación de no haber ocurrido. Sin tiempo para digerir. Aterrizaje forzoso en la vorágine. Despedidas. Darse cuenta de la importancia del "aquí y ahora". Volver a "todo sigue igual" sin que tú seas el mismo. Querer marchar. Intentar mantener el espíritu "thai" un tiempo. Cuando cuesta volver...