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Pasado color ámbar

Charramos de años que comienzan complicados, para seguir yendo a buscar un café, mientras atravesamos un polígono industrial en el que emerge un laboratorio farmacéutico. Porque el pasado siempre vuelve. Tanto que tomo cañas con un ex, donde estuve con otro ex con el que, a su vez, ya fui la noche en la que me robó un beso color ámbar. Y el viernes el cielo rompió a llorar. Mirada de reojo o bajar la mirada. Me revienta el mamarracheo y, si no me apetece, no saludo. Sábado de embarque. Los apoyos se alejan cada vez más. Aire fresco que dejó de soplar. ¿Qué me limita? Ahora toca diseccionar esa línea de la vida. Y acabo con la misma pregunta que subrayo en la novela El remanso de los sueños transparentes, "¿cómo las personas que nos vamos encontrando en nuestra vida hacen que los caminos sean carambolas inexplicables y sorprendentes?". Por cierto, tras nueve años, cambio la imagen de este blog. De verde a amarillo, de verd a grog, de green a yellow. ¡Y mañana, más cañas!

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