Ir al contenido principal

Vuelvo a verte...

Primer fin de semana que estoy en Barcelona solo, tras tu ruptura. Me agobia que, el fin de semana, se evidencie todavía más que sacaste billete para viajar durante siete meses. Pero el "aquí y el ahora" me hace tener la mente ocupada, sopesar mi futuro laboral. Pero se antepone la estabilidad. Una estabilidad que necesitaba desde hace tiempo, pero que tú decidiste no fuera completa. Hoy domingo te vuelvo a ver. Y tomamos café en el mismo lugar que acabamos esa primera noche de septiembre, aquella en la que dormimos juntos por primera vez. Pero todo ha cambiado. Me preguntas cómo estoy. Y de mis palabras salen los sentimientos impotentes que he tenido que ir gestionando. Porque yo no decidí nada. Porque, a día de hoy, parece que vivimos relaciones paralelas. Pero me reafirmo; liquidaste el único elemento estable de tu vida. Cogiste el taxi de los pensamientos y no diste lugar a aquello que sentías. Tal vez por ello, me digas que tras tu ruptura, porque no ha sido mía ni nuestra, no te sientes liberado. Te duelen mis palabras, te molestan mis formas. Pero es el precio de este primer café como ex. Aunque cualquiera que nos haya observado, no hubiera pensado que somos eso, ex. Respecto a tus anteriores parejas te he preguntado hoy. No lo había hecho antes. Ya todo es pasado. También es pasado que antes de sumergirte en la boca de metro supiera cuando volvería a verte... 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Samiramis

Se llama Samiramis y lee las cartas en un bar de la calle de Ávila, cerca de las calles de prostitución del zaragozano barrio de Salamanca. El local, cutre, intenta reflejar un aire sirio que no va más allá de los dulces colocados en una vitrina, y de una pegatina con el nombre del país, cuyas letras están pintadas con los colores de la bandera. Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza. Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro q

Cuando cuesta volver...

Sueño, suspiro, abrir y cerrar de ojos. 21 días intensos. Sensación de no haber ocurrido. Sin tiempo para digerir. Aterrizaje forzoso en la vorágine. Despedidas. Darse cuenta de la importancia del "aquí y ahora". Volver a "todo sigue igual" sin que tú seas el mismo. Querer marchar. Intentar mantener el espíritu "thai" un tiempo. Cuando cuesta volver...

Pinochos de la vida

Aquella marioneta de madera que acabó convirtiéndose en niño es Pinocho. Un personaje de la literatura infantil al que por mentir le crecía la nariz. ¿Y qué se les debería agrandar a aquellos adultos que no dicen la verdad? Por lo general, son personas con baja autoestima que se crean una mejor imagen de sí mismos para obtener la aceptación del resto. Y es más frecuente en hombres. Obviamente, se trata de mentirosos compulsivos. Artistas en mezclar mentira y verdad, de jugar al despiste, de saltar con habilidad de un tema a otro, de hacer pensar que es cierto aquello que argumentan y de enganchar...porque lo misterioso, o lo tóxico, atrapa. Así que, según me han contado, puedes conocer a alguien que dice llamarse Ángel pero a ti te consta que Miguel, que dice trabajar en un cuerpo policial pero resulta que es peluquero autónomo, que dice tener una carrera universitaria pero comete más faltas ortográficas que el más tonto de la clase (y no es excusa el lenguaje sms ), que dice habe