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Despedida 3/2

No sé cómo comenzar este post... Tal vez, debería llorar. Tal vez, no sea consciente de la despedida. Tal vez, sepa que vamos a seguir conectados. Tal vez, me joda que tardemos en vernos mucho más que tras la ruptura. No soy objetivo; cuando me explicaste tu proyecto, era algo utópico a lo que no quise prestar demasiada atención. Pero todo llega. Y el lunes aquel vuelo te llevará lejos. Como escribí en la tarjeta que hace un rato te he regalado "a veces, los deseos se cumplen". Y para que ese tiempo que anhelabas fuera sólo para ti, necesitabas empezar alejándote de la vorágine laboral. Un ámbito que compartimos y que, muchas veces, ofrece demasiados sinsabores. Han pasado muchas cosas que escapaban de tu control estas últimas semanas; precisamente, aquellas en las que nuestra unión se ha intensificado. No es fácil transformar las relaciones. Pero, como me dijiste al poco de conocerte, "no soy de los que desaparezco". Gracias por tus palabras; "quizá la confianza te la has ganado a pulso". Nos conocimos en el momento más complicado de mi vida. Fuiste mi primera pareja, me apoyaste en aquello que sabes y, a día de hoy, no eres mi ex ni eres un amigo. La complicidad que tengo contigo es diferente. En septiembre, me dijiste que tenías el vuelo, en noviembre tuviste que aplazarlo y comienzas febrero, por fin, viajando. Sabes que te echaré de menos. Mientras acabo de teclear, y con un nudo en la garganta, me viene la imagen de ese bus nocturno, al que has subido tras despedirnos, alejándose por la calle de Fontanella. Sé que dejaste de leer mi blog. Tiempo atrás había post que te hacían daño. Era otro momento. Y vuelvo a la tarjeta que hace un rato te he regalado "será como tenga y donde tenga que ser. No pienses en cómo y cuándo será la vuelta. Por ahora, disfruta de este break tanto como necesitas". ¡Buen viajeee! :)))

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