Sirenas en el Raval. Tras mirar y remirar la Web, acabo comprando un billete de tren. ¡Otro más! Como escribo en mi cuenta de Instagram, "vivo en el AVE entre BCN y ZGZ". Ya queda poco para comenzar la nueva temporada. Y no es que necesite otras 5 semanas de vacaciones; es que la decisión está tomada y no quiero volver allá. Veremos qué depara septiembre. Mientras, coloco imanes en mi nevera, subo fotos y explico mis aventuras veraniegas; caminar en chanclas por un camino de cabras hasta una cala abarrotada, pedir un café en un inglés de vergüenza ajena cuando la camarera era española o olvidar la maleta en un tren de cercanías. Y me quedo con un instante; caminar sin rumbo por las calles de otro país, sin conexión de datos en el móvil y sin entender el idioma que hablaban a mi alrededor. En una sola frase hay tres "sin". Tal vez, el truco sea simplificarse la vida. ¡Ahora me toca trasmitir este mensaje! Porque me histerizan los "puntos muertos" y la intervención telefónica a distancia sólo sirve para que se descontrole mi ansiedad.
Se llama Samiramis y lee las cartas en un bar de la calle de Ávila, cerca de las calles de prostitución del zaragozano barrio de Salamanca. El local, cutre, intenta reflejar un aire sirio que no va más allá de los dulces colocados en una vitrina, y de una pegatina con el nombre del país, cuyas letras están pintadas con los colores de la bandera. Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza. Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro q
A ver cuando te animas a venir a tulipandia :)
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