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Esperanza futura

Truena en Barcelona, viernes disperso. Evaluación trimestral. Despedidas hasta septiembre. O no. Juan Pablo marcha a Tenerife con "esperanza de futuro". Y me promete que me escribirá por mail, para explicarme cómo le va. Pero, tal vez, no pueda leerlo. A una semana de vacaciones, diseñadas poco a poco. Retorno a Costa Brava con Judith, ella ya sabe. Y visito a Sofía; tras bajarse del escenario, ya no fue lo mismo. ¿Qué más? Pues, en este momento, se impone el aquí y ahora. Ni siquiera sé si mañana la meteorología me permitirá tostarme al sol. Viernes de sofá y caja tonta. Charradas, que se agradecen, con mi compañero eventual de piso. Y un gusanillo interno. La zona de confort, la ambivalencia, el cambio, el no cambio... A veces, la vida nos lleva por caminos que no elegimos. Mientras, me explican otra historia que no pudo ser. Pero mejor que acabe ya a que lo haga "próximamente". Porque, a veces, no queremos prestar atención a las señales. Y un "Stop" es la manera de protegerse de un accidente emocional. Pero claro, también hay que experimentar la montaña rusa de la vida. Ser nuestros propios coach y cambiar aquello que no va bien. 

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