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Reparator

Una compañera se convierte en Reparator, el medicamento de los corazones rotos. Del mismo color que un Mon Chéri, el fármaco sólo puede tomarse tres veces en la vida. Si abusamos, tiene la contraindicación de enamorarnos a diestro y siniestro. Pongamos que lo tomas por primera vez. Se supone que el efecto es inmediato. Por tanto, nada de trabajar el duelo en una terapia. Es más, aunque veas a tu ex ya no sentirás nada. ¡Así de fácil! Y os preguntaréis, ¿se puede llevar una improvisación teatral a la realidad? Tal vez, las empresas farmacéuticas acaben creando un preventor de los "yo no te convengo". Mientras eso ocurre, las redes que nos atrapan, que nos conectan, que nos exponen, te muestran un perfil por el que empezó todo. Y que sigue ahí; con una foto que nunca te expresó nada, con información desfasada pero con visitas actuales. Porque nunca le dio a "delete". Y le escribes un WhatsApp porque hay buen rollo, porque es absurdo negar las evidencias y porque romper forma parte de la vida (aunque te joda) y volver a construir también. 

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