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Sortir

Heraldo de Aragón, ese gran diario, publica hoy una noticia titulada "Más ayudas para salir que para quedarse", haciendo referencia a la situación de los jóvenes aragoneses que, al querer emanciparse, cuentan con más ventajas si deciden marcharse al extranjero, que permaneciendo en la propia tierra. Una pena. Y no hace falta cruzar fronteras. Muchos somos los que hemos emigrado a otras ciudades españolas, principalmente Madrid y Barcelona, para buscarnos la vida. Para desarrollar nuestra carrera profesional, algo imposible en una ciudad como Zaragoza. Un pueblo grande, una capital de provincias maquillada como urbe moderna, y que se dedica a copiar a aquellas que sí lo son. Es decir, culo veo, culo quiero. Ahora, por ejemplo, el tranvía. ¡En fin! Y como resultado, una fuga de cerebros. Una huída de población joven y preparada, que hace que la tasa de envejecimiento en Aragón sea todavía mayor. Hace unas semanas, Marcelino Iglesias, ese gobernante que antes que político fue pastor de ovejas, declaraba que los jóvenes no teníamos que salir de la comunidad autónoma para estudiar o trabajar. Claro, él no estudió y su trabajo consiste en mentir, no tiene problemas de este tipo. Lástima que no viaje en los autobuses de Alsa. Allí vería la cantidad de jóvenes que marchan a dichos destinos, desde la Estación Intermodal de Delicias, cada domingo por la tarde.

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