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Interrogantes veraniegos

Hay cosas que no dependen de uno mismo. Que quieres que salgan de una determinada manera, pero no tienes el poder de que así sea. Y crea cierta ansiedad. Provoca ciertos interrogantes que, hasta que se descubren, el tiempo pasa eterno. Y mis veranos son así... Desde hace varios años. Creo en las etapas. Que empiezan y que acaban. Que nada es para siempre, y que la estabilidad da vértigo. Aunque en pequeñas dosis, empieza a ser necesaria. Los próximos meses pueden hacer que todo siga igual, que haya pequeños grandes cambios o que se produzca un giro de 180º. Porque el todo o nada, el blanco y negro, los extremos suelen ser más habituales que el término medio. De momento, el verano ha comenzado. Habra que ver cómo acaba, y que nos depara septiembre. Mes, por excelencia, de posibles cambios.

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