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Tardes de agosto...

Pocas tardes de agosto tengo libres este año... Y las estoy pasando en Zaragoza, con sus 39 grados. Ayer, me dediqué tiempo para mí. No solemos cuidarnos. Defecto profesional. Pero, a menudo, hay que priorizarse. Con una profesión que desgasta, y con un entorno familiar y social, a menudo, en crisis, toca cuidarse. Tarde para cultivar cuerpo y mente: sesión de beauty, exposición fotográfica con giro profesional incluido, helado improvisado con amigos y, para finalizar, un primer encuentro. Una entrada, tal vez directa, en el TOP. Un "punto positivo" para Zaragoza. Gente interesante, de vida y cuerpo. Gente que, aunque no vuelvas a ver, te trató bien. No como aquellos que están en punto muerto. Y acabo de comenzar "Adulterio" de Paulo Coelho, tras casi tres años en una estantería. Rescato una frase: "...soy una mujer dividida entre el terror a que todo cambie y el terror a que todo siga igual el resto de mi vida". 

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