2010 acabó, según datos del Ministerio de Trabajo, con 4.100.073 personas desempleadas en España. Por eso, no es extraño que en los primeros cafés del año, esos que tomas con tu círculo, el curro sea el tema estrella: próxima firma de un contrato, búsqueda desesperada, añorada mejora de empleo, fin de sustituciones, preparación de oposiciones... Distintas situaciones, distintas vidas, en las que tener un título universitario poco significa, y en una generación, la que ronda los 30, la "más preparada de la Historia", que sigue buscando su sitio...
Se llama Samiramis y lee las cartas en un bar de la calle de Ávila, cerca de las calles de prostitución del zaragozano barrio de Salamanca. El local, cutre, intenta reflejar un aire sirio que no va más allá de los dulces colocados en una vitrina, y de una pegatina con el nombre del país, cuyas letras están pintadas con los colores de la bandera. Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza. Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro q
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