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Mostrando entradas de marzo, 2017

Enlazando frases

"Probablemente, nadie sienta la necesidad de cuestionar la manera en que llegó a la vida del otro", frase que aparece en la novela a la que di carpetazo el sábado. Días antes, debatía con amigos sobre si "queda mejor" decir que te has conocido por una App o Internet o, por el contrario, si lo suyo sería hacerlo desde lo cotidiano; en el café donde desayunas, en el largo trayecto de metro, descubriendo un supermercado, en los vestuarios del gimnasio, a través de amigos... Lo cierto es que no lo eliges, ni deberías poner expectativas de dónde puede ocurrir. La "chispa", como dicen en First Dates, está aguada. Pero abres el ojo, y comienzas la semana en Instagram. Y de repente, la endogamia de las galerías fotográficas te lleva a que tú repases mentalmente esa quedada afónico, un paseo en moto hasta Gracia o, incluso, algún enredo entre sábanas. Hilos sueltos de historias que tuvieron inicio y final, prácticamente, al mismo tiempo. Y enlazo con otra frase:

Pasado color ámbar

Charramos de años que comienzan complicados, para seguir yendo a buscar un café, mientras atravesamos un polígono industrial en el que emerge un laboratorio farmacéutico. Porque el pasado siempre vuelve. Tanto que tomo cañas con un ex, donde estuve con otro ex con el que, a su vez, ya fui la noche en la que me robó un beso color ámbar. Y el viernes el cielo rompió a llorar. Mirada de reojo o bajar la mirada. Me revienta el mamarracheo  y, si no me apetece, no saludo. Sábado de embarque. Los apoyos se alejan cada vez más. Aire fresco que dejó de soplar. ¿Qué me limita? Ahora toca diseccionar esa línea de la vida. Y acabo con la misma pregunta que subrayo en la novela El remanso de los sueños transparentes, " ¿cómo las personas que nos vamos encontrando en nuestra vida hacen que los caminos sean carambolas inexplicables y sorprendentes?". Por cierto, tras nueve años, cambio la imagen de este blog. De verde a amarillo, de verd a grog, de green a yellow. ¡Y mañana, más cañas!

La vida...

Desayuno en "La vida" de la Magdalena, sin saber aún que el vuelo se retrasaría una semana. A mí, un Alvia madrugador me vomita a Barcelona en un lunes en el que me dan una carta que tengo poderes para recibir, y en el que me llaman para plantearme un retorno allá de donde marché hace 4 meses. Vuelvo a casa más tarde de lo que pensaba. Al día siguiente, más. Clase de "cycling life". Más que "life", "sobrelife". Miércoles; masaje y reencuentro irlandés. Rajando de la vida con tapitas en Poble Sec. Y el jueves, un amanecer a oscuras. ¿Y si hacemos un blog desde el taller de escritura creativa? Y pienso estos días que no me arrepiento del cambio, pero que no es como esperaba. Creo firmemente en el parón. Mientras tanto, volvemos al bucle anual de la elección de las vacaciones y el fantasmagórico agosto. ¡Bona nit!

Similitudes

Blablacar tiene bastante de cita a ciegas. Y es que como se mofaba el sábado Víctor Parrado en su show, hoy en día la peña se conoce a través de aplicaciones en las que el error son las expectativas. Plataformas de blanco o negro, todo o nada, follar o pareja. Y mientras esperas al conductor que te lleve a tu destino, cada coche que se acerca podría ser susceptible de aquel en el que has reservado plaza. Porque sólo sabes color, modelo (si no entiendes de coches da lo mismo) y el nombre del piloto. Domingo de palizón. De ida en AVE y vuelta en coche modo "economía colaborativa". Y ya que en el tren no se liga... Momento de estar ahí, una vez más. Ya lunes. Abro las ventanas, aroma a café, tostadora roja y al gym. Clase de TBC. Ducha y vuelta a casa. Ya un mes de otro AVE que me devolvía a Barcelona tras mi propia huida. Ya un mes... Y ahora un mail. Porque leía estos días en Instagram que "las nuevas tecnologías nos acercan a los que están lejos y nos alejan de los que

Pasará

Apuro el segundo café de la mañana, mientras mi casa huele a manzana y canela. Acabó febrero. Mes en el que recibí una visita que necesitaba conectar con el mar, tras un desengaño amoroso. Mes en el que se materializó un proyecto amenazador, que supone una distancia física temporal. Mes en el que un AVE me permitió huir durante 48 horas. Mes en el que le dí una segunda oportunidad al gym. Mes en el que comencé el repaso de la línea de mi vida, con anotaciones a bolígrafo de tinta rosa. Mes en "modo reflexión" versus quedadas encadenadas. Mes en el que conocer lugares cercanos. Mes en el que ella ha vuelto a recargar pilas en Barcelona. Mes en el que comenzar la lista de "nuevas experiencias". Mes que ya ha pasado. Porque, al igual que el título del libro que estoy leyendo "también esto pasará". Sí, habla del duelo. Por cierto, mes en el que piso un hospital no como familiar o paciente, sino como trabajador social. "La vida en un hospital va más depri