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3 rosas

Ya pasó mi vetado Sant Jordi. Con más rosas que nunca. La autoregalada, la de Mariajo y la de Tati. No, no estaban envenenadas. Porque, esta próxima semana se cierra el año de las primeras veces. Habrá que ver qué pasa a partir de ahora. En una vida, me repiten, que me pone las cosas delante. Y también tuve libro. Su primera frase; "Me llamo Malena y es posible que muera hoy". Intensa, al igual que mi domingo. Un domingo, al que he llegado en un sueño que me ubicaba en Logroño en un piso multicolor. Siempre dije que viviría allí. Y no me separé 175 kilómetros (distancia desde Zaragoza) sino que lo hice 500. En fin, que me voy de tema. Mientras subía la cafetera he recibido un WhatsApp, con cierto enigma, de alguien que he echado de menos últimamente, y que me escribe que ha "tenido una situación muy complicada". No sé mucho más ni me apetece seguir tecleando. Sin duda, somos más frágiles de lo que pensamos o de lo que aparentamos. Y más tarde, una confidencia de la manera más natural en una tetería del Gótico. Porque a todos nos ocurren cosas. Y me gusta que otro las comparta conmigo. ¡A ver si me aplico más el cuento! Sin barreras. Abstrayéndome de lo que no me gusta. Por cierto, Alejandro y Sonia, personajes teatrales, se han encontrado casualmente por la tarde y volverán a verse el miércoles en esa chalada selección de personal. 

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