No me refiero a la definición típica de la RAE. En mi caso, cruzo un lugar cuando me recuerda a alguien, cuyo final dejó preguntas sin respuesta. Y resulta que, a ese lugar, fue tu ex compañera de trabajo el último puente, hay un imán con forma de sandalia en la nevera de una amiga, el hombre del tiempo insiste en las lluvias del fin de semana, alguien a quien acabas de conocer te cuenta que en esa isla perdió la virginidad, una guiri lleva en el metro una bolsa de promoción turística o Ryanair operará hasta allí, desde Barcelona, tras la quiebra de Spanair. 'Hasta los quesitos de El Caserío se elaboran allí!. Sí, se trata de Baleares; me refiero a Menorca. Y como me han dicho que es precisosa, algún día, tal vez, la visite.
Se llama Samiramis y lee las cartas en un bar de la calle de Ávila, cerca de las calles de prostitución del zaragozano barrio de Salamanca. El local, cutre, intenta reflejar un aire sirio que no va más allá de los dulces colocados en una vitrina, y de una pegatina con el nombre del país, cuyas letras están pintadas con los colores de la bandera. Es sábado por la mañana y la futuróloga tiene poca clientela. Mientras se espera, se pide en la barra algo para tomar, y se coge la vez. “La última es esa señora”, dice la camarera, muy maquillada, con jersey de cuello alto y foulard con estampado de leopardo, y gorro de lana en la cabeza. Samiramis es muy conocida en la ciudad, y frente a ella, y gracias al boca a boca, se sienta un público variopinto que ansía saber qué va a ocurrir en sus vidas. Pasados unos minutos, una amiga y yo estamos ya frente a la silla de la adivinadora. Por cierto, a punto de irnos. Son los nervios del momento. Observamos un cartel que prohíbe comer chicle, y otro q
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