Domingo, primera hora de la mañana. Acompañar a Sants a cambiar un billete de tren por motivos médicos, pone la guinda a ocho semanas en las que el principal paréntesis han sido dos horas de escritura creativa. Y han dado para mucho. Para todo excepto para el relax. De bueno, regular y malo. De una "doble vida" o de algo en tu vida que casi nadie sabe. De encajar en la habitualidad del día a día. Porque normal, ¿qué es normal? Sin duda, comunicar bien, o aprender a hacerlo, puede amortiguar mucho los acontecimientos vitales. Principalmente, aquellos que aparecen, reaparecen o que se quedarán un tiempo, tal vez, más del que desearas. ¿Dónde está el botón stand by? Quiero apretar o, mejor aún, rebobinar hacia atrás...