Cuando sales de una reunión, coges el metro en Paralelo y al llegar al despacho te dan una noticia que, tal vez, tiempo después aún no has encajado. Cuando acabas tu jornada laboral, le ves esperándote en aquel banco del paseo e intuyes que no acabaréis juntos la tarde. Cuando acudes a la primera sesión de la terapia, tomas un café con Ana y pillas el último AVE que conecta con Zaragoza. Cuando aquel trayecto bonito acabó, te echas a llorar antes que la psicóloga te abra la puerta y pasas el puente de mayo acompañado. Cuando...