Ya pasó mi vetado Sant Jordi. Con más rosas que nunca. La autoregalada, la de Mariajo y la de Tati. No, no estaban envenenadas. Porque, esta próxima semana se cierra el año de las primeras veces. Habrá que ver qué pasa a partir de ahora. En una vida, me repiten, que me pone las cosas delante. Y también tuve libro. Su primera frase; "Me llamo Malena y es posible que muera hoy". Intensa, al igual que mi domingo. Un domingo, al que he llegado en un sueño que me ubicaba en Logroño en un piso multicolor. Siempre dije que viviría allí. Y no me separé 175 kilómetros (distancia desde Zaragoza) sino que lo hice 500. En fin, que me voy de tema. Mientras subía la cafetera he recibido un WhatsApp, con cierto enigma, de alguien que he echado de menos últimamente, y que me escribe que ha "tenido una situación muy complicada". No sé mucho más ni me apetece seguir tecleando. Sin duda, somos más frágiles de lo que pensamos o de lo que aparentamos. Y más tarde, una confidencia de la