Tras un revés inesperado, puede que los deseos escritos en la noche de Sant Joan , se cumplan. Y eso que no siempre algo depende sólo de uno mismo. Aún así, apostar y arriesgar pueden ser los verbos propicios para el inicio de un verano, que como otros anteriores, promete ser intenso. Nuevos retos, tardes de playa, cambios, escapadas fugaces, encuentros, reencuentros, historias que se quedan atrás, otras que se retoman...y en el horizonte, un otoño distinto viendo caer las hojas en otro entorno. Relativizando el esfuerzo pasado de hará justo un año: meses de correos electrónicos masivos, de viajes de ida y vuelta, de traslados de expediente, de esperanzas, miedos y frustraciones, de cafés inciertos y ansiosos, de apuestas y cenas, de un posible cambio de vida...y de un sueño hecho realidad que llegó en forma de premio post sorteo de Lotería de Navidad.