Años consecutivos. Personas distintas. Paréntesis veraniego. Y la duda de cómo continuará una historia. Una historia de vida, una relación entre dos seres humanos. Una pareja de amigos, en la que a una de las partes le gustaría algo más. Dos personas que se acaban de conocer. O dos personas que lo harán en un futuro próximo. Tal vez ya hablen, tal vez coincidan, tal vez los presenten... ¿Y qué ocurrirá? Los sentimientos son correspondidos, o no. Perduran, se esfuman. Se transforman en indiferencia o, peor aún, en odio. Hay quien desaparece. Otros tiran de una bovina cuyo hilo se gastó. Pero al menos, cada cierto tiempo, hay alguien en la mente de uno/a por quien se tiene una ilusión. Porque de ilusión también se vive, y las cosas pueden salir bien, tal y como nos gustaría. Antes o después, pero, tal vez, cueste que llegue la persona correcta...