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Mostrando entradas de febrero, 2016

Estabilidad, control, zona de confort

Acabé el último post nombrando la zona de confort. Y el viernes a la tarde, volvemos a ello en la terapia. Al agarrarse a la estabilidad, a lo que ya controlas. A decidir, pero a no dejar que sea tu mente quien elija. A pensar por qué hay rupturas que no las quieres o, cuando llegan, te cuesta afrontarlas. Tal vez, porque te ha costado llegar a un determinado estado. Ha sido un trabajo de "pico y pala" y, mal que bien, lo quieres disfrutar un ratito. Y cuando se rompe, la hostia es similar a la de un choque frontal. Y 10 meses después, sientes que estás en circulación. Pero circulas poco a poco, porque te mueves en plataformas diferentes a las que estás acostumbrado, estás a gusto pero no hay un feedback claro y, como mi nick del WhatsApp, "sea lo que sea pasará". Y mientras a improvisar, porque como tengo apuntado por ahí, "el teatro muestra el ser que sufre en la batalla de la vida". Pero la batalla también puede brillar con "la luz gay del mundo&q

Decisiones

Tras Sevilla y olé, y con resultados positivos, la duda de Carmina sigue ahí. Y del caminar tras Carmina surgen encuentros. Y, como el pasado siempre vuelve, hay algo que te desestabiliza. Tomar decisiones siempre implica pérdida y ganancia. ¡Y eres un privilegiado si eliges tú! Tal vez, hace unos meses decidiste algo refugiado en un hecho que no tuvo tanto peso como creíste. ¡Flipa! Porque, con ese hecho ya muy desdibujado, seguramente "aquí y ahora" la decisión fuese la misma. Cuestión de prioridades, de aventura, de quedarse en la zona de confort. Tiempo de conocerse más.

Dos imanes

Dos imanes en mi nevera, de un mismo lugar. Un mismo lugar, diferente acompañante. Viajes hechos en un intervalo de poco más de dos años; antes de que comenzara un 2014 cabrón y primer viaje del 2016. Y espero, como me dijo María, una gitana que agarró mi mano en la plaza de España, que me quitara ese mal de ojo que hace tiempo me echaron. Y leyó más cosas que olvidé al instante. Memoria selectiva y ¡olé! 

Invierno, noche, amor

No hacía la temperatura que toca en febrero, pero ayer fui a ver Barcelona, nit d'hivern. Una película cuya primera parte me impactó. Barcelona, nit d'estiu la vi en los Renoir, un viernes por la noche, en una época que yo defendía que el amor no existe. Tanto me gustó que la compré en DVD. Y un año después, la veía en modo "sofa, mantita y buena compañía". En esta vuelta de tuerca, Alberto San Juan sentencia que "tratar de olvidar a alguien es recordarlo para siempre". Y me encantó el personaje interpretado por Àlex Maruny . Una película que refleja diferentes tipos de relaciones, a punto de celebrarse el puto San Valentín. Por cierto, Carmina, tarotista ravalera, es experta en desamor y siente cierto instinto maternal por tres jóvenes que siempre le consultan por el tema. Pero ya habrá tiempo de hablar de ella.