Mañana de lunes lluviosa en Barcelona. 5 de septiembre. Inicio del curso. Extraoficialmente, el final de un verano atemporal que pasó como un suspiro. Un inicio de continuación, de retomar, de asumir nuevos proyectos, y de echar la vista atrás. Giros de 180º que cambian el ayer del hoy, que transforman lo utópico en alcanzable, y en los que idealización, inquietud y búsqueda siguen siendo ingredientes fundamentales.