Desde que Ikea llegó a redecorar nuestras vidas, los hogares también son víctimas del fenómeno de la globalización . De hecho, es frecuente visitar una casa y comprobar que, al igual que en la tuya, su morador tiene el mismo felpudo en el recibidor, la papelera roja de plástico, la mesa auxiliar negra, la cajonera blanca, las tazas verdes del desayuno, el cojín en forma de corazón, el nórdico de rayas azules y moradas, las toallas de mil y un colores... Y comprar en Ikea , parece sinónimo de moda. Múltiples son los anuncios inmobiliarios en los que se destaca, como valor en alza, "diseño o decoración tipo Ikea ". Pero la marca sueca, tiene también horrores en sus establecimientos...